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Paisajismo residencial: la mejor experiencia sensorial dentro de tu hogar

En Urbincasa llevamos toda nuestra vida diseñando residenciales de viviendas a lo largo de la costa mediterránea. Los espacios abiertos, las terrazas y zonas comunes, con los jardines como protagonistas, siempre han sido un signo distintivo de nuestra marca. A continuación, te ofrecemos las claves a la hora de abordar cada proyecto paisajístico.

 

Más allá de una estética visual

Además del diseño arquitectónico y elección de materiales y calidades del edificio y las viviendas, en Urbincasa nos gusta decir que nos preocupamos de cada pequeño detalle, por lo que dedicamos un esfuerzo extra a las zonas comunes y servicios que ofrecemos en cada propuesta residencial.

 

Los jardines de residencial Seagardens, en Campoamor (Orihuela Costa), serán la perfecta combinación entre estética y experiencia sensorial.

 

Si las piscinas y el gimnasio se han convertido en el “must have” de cualquier urbanización deseable, no menos importantes son las áreas ajardinadas donde los residentes pueden pasear y disfrutar de un ambiente tranquilo y agradable sin salir del residencial.

 

El clima mediterráneo y la elección de plantas

Nuestro compromiso está en ofrecer espacios residenciales excepcionales, llenos de armonía y belleza al más puro estilo mediterráneo. Tenemos muy en consideración la elección de plantas, siempre autóctonas,  para la creación de jardines que van más allá de lo visual. 

 

Lavandas, romeros y tomillos son algunas de las plantas que «reinan» en los jardines mediterráneos.

 

En este viaje hacia la excelencia en el paisajismo, estamos enfocados en proporcionar a nuestros clientes una experiencia sensorial única, donde la eficiencia y la satisfacción convergen en un espectáculo de colores, texturas y aromas mediterráneos. 

 

Eficiencia y sostenibilidad en el paisaje

Como decíamos, no sólo se trata de estética, la elección de plantas adecuadas viene determinada por la eficiencia en el uso de recursos. No olvidemos que nos encontramos en clima mediterráneo, cada vez más seco y árido, así que sería un despropósito la utilización, por ejemplo, de césped natural. 

 

En Urbincasa siempre optamos por especies nativas y adaptadas al clima, lo que no solo reduce el consumo de agua y energía, sino que también fomenta la biodiversidad local y propicia un mantenimiento sostenible a largo plazo. ¡El agua vale más que el oro! No lo olvidemos.

 

Los jardines mediterráneos facilitan el equilibrio ecológico entre especies del jardín con su medio natural, fomentando la biodiversidad de flora y fauna.

 

Un perfecto jardín de aromas en tu casa

Lavanda, tomillo, orégano, romero… son algunas de nuestras elecciones predilectas a la hora de dar vida, y olor, a las zonas comunes de nuestros residenciales en la costa mediterránea, desde Seascape Blue, en Finestrat, Seagardens Campoamor (Orihuela Costa), hasta Mãla Kai Resort, en Estepona (Málaga). 

Nuestros jardines de aromas son un tributo a la naturaleza mediterránea. Al elegir estas plantas de fragancias cautivadoras, creamos un escenario donde cada brisa se convierte en una experiencia olfativa única, transformando el jardín en un bello oasis de relajación y relax para los residentes.

Así que si ya disfrutas de una bonita terraza o jardín en la costa mediterránea y quieres convertir tu hogar en un espacio sensorial lleno de aromas mediterráneos, en este enlace te dejamos algunas ideas para hacer este sueño en realidad.

 

 

En Urbincasa compensamos nuestra huella de carbono con la reforestación de bosques autóctonos

Si en el ADN de nuestra empresa ha estado siempre presente el compromiso por la protección del entorno y del medio ambiente, desarrollando para ello un estricto Sistema de Calidad Ambiental que aplicamos a todas nuestras actuaciones, así como el uso de energías renovables y la implantación de normas de eficiencia energética, en los últimos años hemos querido dar un paso más y compensar nuestra huella de carbono mediante la reforestación de bosques autóctonos en el país.

 

Medir, compensar y reducir

Con este objetivo hemos calculado, a través de una empresa auditora externa, nuestras emisiones de CO2, concretamente en las obras de los residenciales Seagardens, en Campoamor, Seascape Blue, en Finestrat, Atarazana 43, en Cartagena, así como en nuestro próximo proyecto en Arco de la Caridad, en el corazón de la ciudad portuaria.

La idea de esta iniciativa es contrarrestar el C02 que emitimos a la atmósfera, invirtiendo económicamente en un proyecto ambiental. En nuestro caso ha sido a través de la plantación de nuevos árboles autóctonos en distintos puntos del territorio nacional con los que conseguiremos, además, reducir la desertificación en las zonas reforestadas y la degradación del suelo.

Por supuesto, nuestro objetivo va más allá de compensar, pues el reto de Urbincasa está en reducir lo máximo posible nuestro impacto en el entorno, con el uso eficiente de los recursos naturales y la utilización de materiales biodegradables y reciclables en todos nuestros proyectos arquitectónicos.

 

 

 

Hitos en eficiencia

Así lo hicimos, por ejemplo, en nuestro residencial Los Flamencos, premio a la mejor actuación turístico-residencial en los galardones 2022 de la Asociación de Promotores de la Región de Murcia.  

 

 

Sin duda, un proyecto diferente, donde diseño, calidad, innovación y eficiencia estuvieron presentes en todo momento. De hecho, esta edificación cuenta con una elevada certificación energética, con una reducción de consumos y emisiones de hasta el 75% con respecto a una vivienda tradicional.

Somos una empresa comprometida con las personas pero también con el entorno. Y seguiremos innovando para construir viviendas más eficientes y reducir a la vez nuestra huella de carbono.

 

“Una casa desde donde ver el mar todos los días”

“Mi madre solo quería ver el mar”, nos cuenta José María Soto, cliente de Urbincasa y cetrero de profesión. Bajo esta premisa decidió, junto a sus hermanos, buscar un hogar que se adaptara a las nuevas necesidades de su madre: un sitio donde pudiera vivir cómoda, tranquila  y ver el mar desde su terraza. Ese lugar está en Residencial Los Flamencos.

 

 “Nada más ver el piso en Residencial Los Flamencos supe que era la vivienda perfecta para ella”, afirma José María. Hasta entonces su madre vivía sola en un chalet en Cabo de Palos, la casa familiar de toda la vida. Una vivienda enorme que, con el tiempo, sobre todo para una persona mayor, su mantenimiento se hacía cada vez más cuesta arriba.

 

José María es un gran amante de la naturaleza, en especial de las aves rapaces. Halcones, águilas, azores… son sus animales de compañía.

Fue así como José María y sus hermanos, a petición de la madre,  decidieron vender el chalet y buscar una casa más pequeña para ella. “ Mi madre lo tenía claro,  quería seguir viviendo junto al mar, así que me puse a buscar en la zona viviendas que pudieran encajar con sus deseos y  estilo de vida.

Enseguida vi que el piso de Los Flamencos reunía todas las condiciones perfectas para ella: una casa nueva, con una promotora de confianza detrás, cómoda, luminosa… ¡Y con vistas al mar! ¡A mi madre le encanta reunirnos a todos y pasar tiempo en la terraza!”,  relata. 

 

Residencial Los Flamencos tiene un acceso cómodo a la playa y su paseo, donde es habitual ver a lo largo de todo el año personas practicando deporte o paseando junto a sus mascotas.

 

Pero además de las vistas, las zonas comunes de Los Flamencos y la proximidad de la playa  suponen un gran aliciente para la madre de  José María, que puede pasear tranquilamente en compañía de su mascota y disfrutar del aire libre y del mar que tanto ama.

Pasión por la naturaleza y las aves

José María, con quien hemos tenido el placer de charlar largo y tendido,  recuerda con cariño el espacio natural de Las Salinas de Marchamalo y los años de su infancia explorando aquel paraje donde, quizá, empezó su “relación de amor” con la naturaleza y las aves.

 

Durante décadas las enormes balsas de las salinas, donde hoy reposan elegantes flamencos, han sido una fuente de producción de sal. En la actualidad este espacio ha cobrado un gran valor ambiental y cultural. Aves como los flamencos, las gaviotas de Audouin o la cigüeñuela tienen en las salinas un refugio seguro, reposando largas temporadas en sus densas aguas, donde también habita el fartet, un pez endémico de la península ibérica.

 

Y es que José María es un gran apasionado de la cetrería. Una afición alimentada con avidez gracias a los programas de Félix Rodríguez de la Fuente , que veía siendo un niño, y a su curiosidad innata por la naturaleza y la fauna. Dos pasiones que han terminado convirtiéndose en su profesión y también en un hobby durante los fines de semana que comparte con sus hijos, a quienes ha inculcado, desde muy pequeños, el respeto por la naturaleza y los animales.

 

Residencial Los Flamencos cuenta con un mirador de aves, un punto estratégico donde se puede observar hasta un centenar de aves identificadas durante todo el año.

 

Halcones, águilas y azores…

La “oficina” de José María está habitada por halcones, águilas de Harry, azores… a los que mima, alimenta y entrena con esmero. Un trabajo que exige dedicación completa todos los días del año.

 

La cetrería, un arte milenario en el dominio de las aves rapaces para cazar animales salvajes en su medio natural, ha sido distinguida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El naturalista Félix Rodríguez de la Fuente fue su impulsor en España.

 

Por un lado, ofrece servicio de rapaces para el control de fauna en campos de golf, aeropuertos, vertederos, ciudades, naves industriales… Además, también cría aves en cautividad, especialmente halcones, que exporta a Oriente Medio. “Los países árabes, donde el arte de la cetrería para la caza se ha mantenido vivo durante milenios,  están demandando ahora una mezcla entre el halcón peregrino y gerifalte, una hibridación perfecta para las carreras de velocidad, a las que son muy aficionados”, comenta este criador de rapaces.

José María cría de aves de presa en cautividad para su exportación a Oriente Medio, donde el arte milenario de la cetrería permanece vivo y las aves disfrutan de gran admiración.

 

Pero es junto a sus hijos, durante los fines de semana, cuando José María puede experimentar de verdad el placer de volar a sus aves Jafar, Curiosa y Coco en plena naturaleza.

 

 

 

Los hijos de José María aprendieron desde muy pequeños el noble arte de la cetrería. Hoy incluso compiten con sus rapaces en concursos nacionales con grandes éxitos.

En el arte de la cetrería, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO,  podemos distinguir dos modalidades:  “la altanería”, practicada generalmente en España con halcones; las aves vuelan por encima del cetrero, a veces incluso a 200 metros de altura, siguiendo en todo momento sus pasos. Y la otra modalidad, predominante en los países árabes,  se conoce como “bajo vuelo”, donde el ave (principalmente azores y águilas) se apoya en el brazo de su cuidador.

 

Naturaleza viva en la Costa Cálida

 

La naturaleza nos brinda momentos, imágenes que nos hacen ver su fuerza. Hace unos días las Salinas de Marchamalo, una espacio natural situado al lado de nuestro Residencial Los Flamencos situado en la Costa Cálida, ofrecía una estampa maravillosa con una gran concentración de flamencos alimentándose y disfrutando tranquilamente de esas aguas saladas.

 

Sus perfiladas y elegantes figuras sorprendieron a paseantes ya que nunca antes se había visto una concentración tan numerosa de esta singular ave acuática. Las Salinas de Marchamalo atraen a una amplia variedad de aves, y su proximidad con las viviendas del residencial Los Flamencos ha llevado a Urbincasa a habilitar en las zonas comunes  una zona de avistamiento de aves.

 

Mientras los flamencos disfrutaban de las cálidas y saladas aguas de las salinas, al lado, en el Mar Menor los pescadores atrapaban en sus redes miles y miles de doradas. Uno de los pescadores experimentados capturó en solo una jornada más de 6.000 kilos de este pez tan consumido en la gastronomía española. Una cifra récord, nunca antes en una sola jornada nadie había alcanzado ese volumen de capturas.

 

Dicen los pescadores que la campaña está siendo espectacular y añaden que su experiencia les lleva a detectar las zonas con bancos de peces lo que facilita su labor pesquera.

 

Este récord de capturas en una jornada nos dice que la vida se abre paso en la laguna salada, nos muestra la resiliencia de un ecosistema que se mantiene vivo y sobre todo, fortalece nuestra conciencia respecto al valor de nuestro patrimonio natural.

 

 

. Tenemos claro que su protección y conservación es fundamental para mantener vivo nuestro planeta. Y ese compromiso nos lleva concebir nuestro proyectos desde una perspectiva de sostenibilidad.

Disfrutar de la imagen de los flamencos en las Salinas de Marchamalo, ver aletear a los peces cuando los pescadores sacan sus redes, sentir el olor a sal de un mar vivo, pasear por playas  situadas en un espacio natural único, estos pequeños placeres los regala la naturaleza todos los días, y estamos obligados a protegerlos y conservarlos.

Un regalo muy especial para celebrar el Día Mundial de la Naturaleza

El 3 de marzo es el Día Mundial de la Naturaleza, y para celebrarlo queremos regalarte el árbol más emblemático de la ciudad: nuestro queridísimo ciprés cartagenero. Dado que se trata de una especie muy poco común que ha encontrado en nuestra tierra prácticamente su último refugio (de ahí su valor incalculable), te invitamos a participar en su recuperación y conservación. Si tienes sitio en tu terraza o jardín y te comprometes a cuidarlo con mimo, pásate por nuestra Urbinshop a recoger tu ciprés cartagenero.

¡Cuídalo y siéntete orgulloso de tener una planta típica de nuestra tierra!

El ‘Tetraclinis articulata’ o ciprés de Cartagena es un árbol típico de la zona denominada “Campo de Cartagena”. Se trata de una especie de ciprés típica del norte de África y que, en la península ibérica, solo se encuentra en nuestros montes. El ejemplar que te regalamos está plantado en una maceta biodegradable y puedes plantarlo  directamente en tu terraza o jardín, directamente sobre la tierra.

 

  • Es un árbol poco elevado (entre 4 y 7 metros de altura).
  • Aunque puede verse en el norte de África, de forma natural solo se encuentra en la sierra de Cartagena, especialmente en la zona del Parque Regional de Calblanque.  
  • El ciprés de Cartagena es uno de los árboles naturales más escasos. Prácticamente es una reliquia del pasado (del periodo Mioceno tardío),  de ahí la importancia de su recuperación y conservación.
  • Se suele emplear como recurso paisajístico. Por sus características y resistencia a la escasez de agua, va muy bien en parques y jardines mediterráneos.
  • Tiene también un gran valor porque su uso es muy frecuente en repoblaciones y restauración de zonas áridas o incendiadas. 

 

 

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